Paseamos hoy por el barrio de Las Huesas y allí, nos vamos en busca de la calle Mario Vargas Llosa, cuyo inicio lo encontramos en la calle César Vallejo, desde donde con orientación Sur-Norte y, tras recorrer unos 120 metros, aproximadamente, finaliza desembocando en la calle Íñigo López de Mendoza (Marqués de Santillana).
Por el Poniente linda con la calle Numancia y por el Naciente lo hace con la calle Jorge Luis Borges.
Esta nominación fue aprobada en sesión plenaria celebrada el día 18 de septiembre de 2002 y, desde entonces forma esta nominación parte del Callejero Municipal del Distrito 6º, Sección 10ª del Censo de Habitantes y Edificios.
Esta Urbanización de Las Huesas, no tiene un estilo arquitectónico propio, si no que en la misma encontramos inmuebles de todo tipo y destino, ya sea para vivienda exclusivamente o a fines industriales y comerciales, o en algunos casos combinados. Estos inmuebles, si bien los encontramos de una sola planta, los hay también de varias plantas, llegando a un máximo de cuatro alturas. Todo ello nos habla de las distintas etapas vividas en la conformación actual del barrio.
Sinopsis de la nominación
Jorge Mario Pedro Vargas Llosa, nace en Arequipa, el día 28 de marzo de 193, I marqués de Vargas Llosa, conocido como Mario Vargas Llosa, es un escritor peruano. Uno de los más importantes novelistas y ensayistas contemporáneos, su obra ha cosechado numerosos premios, entre los que destacan el Príncipe de Asturias de las Letras 1986 y el Nobel de Literatura 2010 —este último otorgado «por su cartografía de las estructuras del poder y sus imágenes mordaces de la resistencia del individuo, su rebelión y su derrota»—; el Cervantes (1994), el Planeta (1993), el Biblioteca Breve (1963), el Rómulo Gallegos (1967), entre otros. Desde 2011 recibe el tratamiento protocolar de Ilustrísimo Señor al recibir del Rey Juan Carlos I el título de marqués de Vargas Llosa.
Vargas Llosa alcanzó la fama en la década de 1960 con novelas, tales como “La ciudad y los perros” (1962), “La casa verde” (1965) y “Conversación en La Catedral” (1969). Continúa escribiendo prolíficamente en una serie de géneros literarios, incluyendo la crítica literaria y el periodismo. Entre sus novelas se cuentan comedias, novelas policiacas, históricas y políticas. Varias de ellas, como Pantaleón y las visitadoras (1973) y La Fiesta del Chivo (1998), han sido adaptadas y llevadas al cine.
Muchas de las obras de Vargas Llosa están influidas por la percepción del escritor sobre la sociedad peruana y por sus propias experiencias como peruano; sin embargo, de forma creciente ha tratado temas de otras partes del mundo. Ha residido en Europa (entre España, Gran Bretaña, Suiza y Francia) la mayor parte del tiempo desde 1958, cuando inició su carrera literaria, de modo que en su obra se percibe también una cierta influencia europea. Desde 1993, Vargas Llosa cuenta también con la nacionalidad española.
Mario Vargas Llosa ha sido definido como uno de los más completos narradores de su generación y una figura destacada de la literatura hispanoamericana.
Después de una muy productiva producción literaria de selecta calidad, en el año 1993 se nacionaliza en España y tres años después, ingresa en la Real Academia Española, en la que pronuncia un gran discurso inaugural sobre Azorín.
Toponimia del lugar
La toponimia “Las Huesas”, tiene su fundamentación en ser un lugar de enterramientos aborígenes en cuevas naturales y excavadas, donde se albergaban los difuntos.
Los pobladores aborígenes prehispánicos tenían su especial cultura funeraria, ya que, acondicionaba el cuerpo de los difuntos mediante la momificación de éstos. Se practicaba un embalsamamiento similar al de la cultura egipcia, si bien, no extraían las vísceras.
Es extraordinaria la perdurabilidad y la finura de algunos trabajos de momificación, lo que denotan un alto grado de civilización y cultura, lejos de las consideraciones hechas por algunos de los conquistadores que con el fin de justificar sus desmanes, mentaron salvajismo y ferocidad en el comportamiento de la población aborigen, en contraposición con las afirmaciones hechas por los cronistas directos de las expediciones religiosas o científicas.
Dentro de esta cultura relacionada con la muerte, encontramos que en el interior de las cuevas, ya fueran naturales o excavadas, preparaban un enlosetado de lajas, maderas y tomillo u otras hierbas aromáticas, de tal forma que el cuerpo del difunto no tuviese contacto alguno con la tierra.
Existen enterramientos individuales y también se encuentran cuevas convertidas en necrópolis al acoger más de un difunto.
Se han encontrado también sepulturas en túmulos, que a modo de cementerio limitaban una zona poblada, con muy pocas viviendas, donde tal vez moraran aquellos que realizaban los trabajos de momificación, quienes a pesar de tener un alto grado de especialización, eran rechazados por la colectividad.
En cualquier caso, las noticias de dicho lugar nos llegan a través del libro titulado “Telde”, cuyo autor fuera el Dr. Don Pedro Hernández Benítez, que publicara allá por el mes de mayo de 1958, pero la realidad latente en relación con el mismo, es que no se ha conservado ningún vestigio arqueológico y como de costumbre, de forma incomprensible, el legado histórico-cultural ha desaparecido con el consentimiento y el quehacer de propios y extraños, de los saqueadores y las propias autoridades, en el devenir de los tiempos, unos actuando y otros dejando actuar (aquí se había de aplicar aquello que: es tan culpable el que ordeña la vaca como el que mantiene la lata).
Lo cierto, es que lo único que queda de todo este complejo arqueológico es un tramo de cuevas excavadas y reconvertidas en corrales para el ganado, toda una ofensa a las señas de identidad de la cultura aborigen y otra parte, donde se aprecia que existieron otras necrópolis que fueron totalmente destruidas.
Remontándonos a los inicios de la década de 1950, encontramos en este lugar una continuidad de cultivos de tomateros que se extendían a ambos lados de lo que se vino en llamar la Carretea General al Sur y que más tarde, con el paso del tiempo pasó a ser la hoy Autovía GC-1.
Estos cultivos se repartían en un primer lote que iba desde el barrio del Caracol hasta el margen Poniente de la mentada Carretera General al Sur y un segundo lote que iba desde el margen Naciente de aquella hasta los acantilados del mar, discurriendo por toda la Cañada del Ámbar.
Cuando vienen las primeras crisis de la exportación del tomate, se deja de plantar paulatinamente los terrenos de Las Huesas y en su lugar se van produciendo asentamientos poblacionales, en gran parte, de los mismos aparceros que trabajaban en los referidos cultivos. Una especial consideración merecen los tres bloques de viviendas construidos por la Empresa CINSA, para albergar a sus empleados, que desde entonces se constituyen en un icono de la zona en el margen Poniente de la Carretera General al Sur.
En esta zona se abrieron los viales a finales de la década de 1950, pero no se completaron los servicios de infraestructura urbanística hasta casi la mitad de la década de 1980.
Este sector en el que nos encontramos precisamente es una evolución urbanística del primigenio barrio, que se inicia a mediados de la década de 1990, como expansión hacia el Norte.
Efemérides
Ocurrió hace ahora mismo unos 533 años, de aquel 12 de febrero de 1482, día en el que durante una incursión del conquistador Alonso Fernández de Lugo sobre las tierras de Agaldar (Gáldar), tras desembarcar por Agaete, logra apresar a Tenesor Semidán y a Maninidra y según narración del historiador Marín y Cubas: “Tenesor tenía entonces 34 años, era gentilhombre, alto, robusto, de color moreno cetrino, la vista aguda y muy viva, semblante hermoso, dócil y apacible, cabello muy largo y negro, de poca barba crecida en punta, poblado de cejas, rostro alargado y buen juicio”. Una vez llevado al campamento del Real, el gobernador Pedro de Vera decide mandarle a la península para que fuera presentado a los Reyes Católicos.
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 206 años, es decir el 12 de febrero de 1809 , nace Charles Darwin, naturalista británico, quien fue un naturalista inglés que postuló que todas las especies de seres vivos han evolucionado con el tiempo a partir de un antepasado común mediante un proceso denominado selección natural. La evolución fue aceptada como un hecho por la comunidad científica y por buena parte del público en vida de Darwin, mientras que su teoría de la evolución mediante selección natural no fue considerada como la explicación primaria del proceso evolutivo hasta los años 1930.
Pisando suelo de Gáldar, se nos ocurre pensar una vez más sobre la diversidad de opiniones o razonamientos bajo los cuales se escriben los relatos históricos, en su mayoría ensalzando a los vencedores y minimizando a los vencidos, con lo cual rara vez se ajustan a la realidad de los hechos que pudieron ocurrir.
Difícilmente en las crónicas de la conquista, realizadas por mandatarios de los gobernadores y conquistadores, se reconocía la valía de los ediles aborígenes o en algunos casos para justificar la apatía o la falta de convicciones militares, se les tachaba de feroces guerreros que alargaron en demasía el tiempo que duró la conquista del Archipiélago.
Habría que comparar extremos como la falta de subvenciones en las campañas que se prometían de riqueza a los aventureros que se enrolaron en ellas, así como, aquellos hacendados castellanos que las costearon a cambio de oro y otros suntuosos beneficios y, a los que el letargo en las ganancias de sus inversiones les predispusieron contra los conquistadores.
De otro lado la clase de tropa enrolada, en su mayoría excedentes de las guerras de la reconquista peninsular, reos de galera y todo tipo de maleantes que quisieran alquilar su espada al mejor postor, sin disciplina militar alguna y prestos al pillaje, la violación y el asesinato.
Pero lo que no nos cuadra en la narrativa del apresamiento de Tenesor Semidán, Maninidra y otros ediles, es que fuera de un golpe de suerte fortuita. Máxime con la astucia, valentía y arrojo que concurrían en el personaje de Maninidra, un consejero sureño que se encontraba en el norte… ¿Por qué?... ¿Para qué?
Pero bueno… siempre la historia la escriben los vencedores o sus lacayos, pero en muchos casos para acercarnos a una posible realidad, debemos pensar en todo lo contrario a lo narrado, solo así se justificarían la destrucción y los atropellos que acontecieron en nombre de la gloria de Castilla y la gracia de Dios.
Finalmente recordamos que ayer precisamente se cumplieron también 10 años, de aquel 11 de febrero de 2005, día en el que se inicia el recorrido de este periódico digital, cuando nos unimos un grupo de amigos para dar forma y vida a este medio de comunicación social y cultural que llamamos teldeactualidad. Desde entonces sin fallar una sola vez a nuestro compromiso y siempre fiel a la ideología inicial, hemos realizado un total de 791 crónicas sobre las toponimias y antroponimias de los viales de nuestro término municipal, a través de las cuales esperamos haber realizado el servicio informativo y cultural a nuestros lectores en debidas condiciones, bueno…al menos esa ha sido nuestra intención y seguiremos en ello, hasta que sea relevado del mencionado compromiso.
Con plena conciencia de la hermosura en la transición y la transmisión cultural, tomamos nuestra gena, guardamos en ella los recuerdos y el respeto a estos personajes, para irnos hacia el Norte, concretamente al barrio de San Isidro, donde visitaremos la calle Mariucha, para saber algo más del lugar y de esta obra del escrito grancanario Benito Pérez Galdós, pero bueno... eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto…cuídense.
Sansofé.
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