Nuestro tempranero paseo, en esta fresca mañana, nos lleva al barrio de Las Medianías, donde vamos en busca de la calle Lugo. Su inicio lo encontramos en la calle Suecia, desde donde parte con orientación de Norte a Sur y, tras recorrer unos 180 metros, aproximadamente, va a finalizar en un fondo de saco, pasando la calle El Sirinoque.
Por el Naciente tiene paralela la calle Almería y al Poniente linda con terrenos de la finca matriz, ocupados actualmente por invernaderos.
Esta nominación aparece por primera vez en los documentos censales referidos al 31 de diciembre de 1975, si bien pudo ser adoptada meses antes, durante la ejecución de los trabajos preliminares a dicho Censo Electoral de Habitantes y Edificaciones, perteneciendo desde entonces al callejero del Distrito 4º, Sección 3ª del mismo.
Sinopsis de la nominación
Lugo es una ciudad y municipio de España, capital del municipio, la comarca y provincia homónimas. Se ubica en el noroeste del país, en la Comunidad Autónoma de Galicia. Ostenta el título de “La Muy Noble y Leal Ciudad”.
La ciudad, de origen romano, fue fundada en el año 25 a. C. por Paulo Fabio Máximo y es la más antigua de Galicia. Construida en las cercanías de un castro, en la época romana recibió el nombre de “Lucus Augusti”. Numerosos restos romanos, muchos de ellos conservados en el Museo Provincial, son testimonio de sus primeros años de historia, especialmente su muralla romana, única en el mundo que conserva todo su perímetro y declarada Patrimonio de la Humanidad en el año 2000.
A lo largo de su historia experimentó tanto épocas de abandono como importantes momentos en la historia del país, desde la reunión en el año 842 de un gran ejército para conquistar Oviedo y entronizar a Ramiro I hasta el pronunciamiento del coronel Miguel Solís que daría comienzo al levantamiento de 1846 contra el presidente Narváez.
Geográficamente, la ciudad se encuentra situada sobre una colina, en una comarca de montañas redondeadas y no muy elevadas en las tierras del Alto Miño y circundada por el propio río Miño, además de otros de menor entidad. El municipio, incluido en la Reserva de la biosfera «Tierras del Miño», es el segundo más extenso de Galicia, y en el que en el año 2012 habitaban 99.241 personas, lo que lo convierte en el cuarto de esta comunidad autónoma en población, después de Vigo, La Coruña y Orense.
El gentilicio de sus habitantes es lucense o lugués. Actualmente, Lugo es una ciudad comercial y de servicios, con un campus universitario especializado en ciencias agrarias (como veterinaria o ingeniería de montes). Destacan también sus populosas fiestas, como el Arde Lucus, que rememora el pasado romano y castreño de la ciudad, y la de San Froilán, que se celebra entre el 4 y el 12 de octubre y atrae a la ciudad a más de un millón de visitantes.
El clima en Lugo es oceánico continental, con inviernos fríos y veranos suaves. La temperatura media anual es de 11,5 °C y las precipitaciones son abundantes (más de 1000 mm al año). Debido a su alejamiento del Atlántico, este nivel de precipitación puede ser considerado bajo en comparación con comarcas como las de las Rías Bajas o Santiago. La temperatura más elevada registrada en su historia (41,2 °C) se dio en julio de 1.990, y la temperatura más baja fue de -10,0 °C en diciembre de 2.005.
Toponimia del sector
Las Medianías, eran hasta mediados el siglo XIX los terrenos propios para el cultivo de cereales en su mayoría y luego existían zonas limítrofes con el inicio de la parte de cumbre, que por estar conformadas por laderas impracticables y riscos, es destinada al pastoreo.
Luego se produce un incremento de presencia poblacional en el sector, debido a la dispersión de aquella, que hasta entonces se encontraba en torno al Casco Urbano. Se rochan nuevas tierras y se construyen estanques para una red de riego incipiente, así como viviendas de tipo rural donde habitan los propietarios y unas chozas para sus trabajadores que a modo de aparcería desarrollan la labor agraria.
Llegada la mitad del siglo XX, la agricultura canaria cae en declive por la mala administración del mercado y las largas sequías, y nuevamente se vive el fenómeno del abandono del campo. Surge la parcelación de las tierras y la edificación de viviendas, generalmente autoconstruidas, que poco a poco van a dando forma y vida a lo que hoy es el barrio de Las Medianías y otros tantos en la franja del relieve isleño.
Aunque el paisaje que se domina es de amplias cadenas de cultivo delimitadas por paredes de piedra seca, junto a las que se han plantado olivos, higueras o almendros, como diferenciando las diversas propiedades, predominan los colores de tonos ocres propios del serrillo, el trigo u otra hierba silvestre, entre las cuales emergen las pitas, los verodes o algún que otro tajinaste.
Aquí el silencio preside todo el ambiente, una tímida brisa mueve las hierbas y refresca por momentos el aíre, y como enhebrando el éxtasis con la meditación, tenemos el honor de oír el concierto natural que nos brinda un capirote tras unas ahulagas.
Abajo contemplamos una hermosa vista del Casco Urbano y de una gran parte del litoral municipal, el cielo se ha vestido de un azul limpio y tras nosotros el sol empieza a caer en el letargo de un nuevo ocaso que va dibujando formas fantasmagóricas con la silueta de nuestro relieve.
Ahora pensamos que nos encontramos muy cerca de nuestro propio yo, tan cerca que le sentimos también a Él, en todo lo que vemos, oímos y respiramos, en todo eso que nos hace sentirnos tan bien en este remanso de paz y tranquilidad. En medio de esta pequeña inmensidad miro y no estás.
En cualquier caso, estos terrenos de la franja de medianías pertenecieron a la familia de Don Pedro Hernández de Rociana, hasta las primeras décadas del siglo XX, época en la que pasan a ser propiedad de la familia de Don Leopoldo Massieu. Más tarde se van vendiendo lotes de terrenos a las distintas familias que trabajaban en aquella gran finca y ésta desaparece en un entramado minifundio.
Esta zona recibe al igual que otras tantas del extrarradio del Casco Urbano de la ciudad, la primera dispersión de la población que mayoritariamente vivía en las inmediaciones del Casco Urbano o cerca de las grandes fincas que cultivaban la caña de azúcar hasta bien entrada la segunda década del siglo XVII. Produciéndose asentamientos en zonas que mas tarde se consolidarían, tales como el Tabaibal, La Taborda, Lomo de Magullo, La Gavia o Las Medianías, entre otras, aunque con una agricultura de secano donde predominan los cereales y algunos frutales.
El cultivo alternativo a la caña de azúcar es el de la vid y en las tierras de regadío se instaura el mismo, aunque se rochan nuevas tierras para prepararlas y destinarlas al uso agrícola. Pero que a mediados del siglo XIX, debido a reiteradas sequías y pagas de langosta africana, los campos quedan prácticamente diezmados.
Las epidemias, el hambre y las calamidades agrícolas, se ven agravadas por una clara falta de infraestructura sanitaria, motivos por los que una parte importante de la población se dispersa a aquellos primigenios núcleos de extrarradio, que con el aumento poblacional, se llegan a consolidar y formar el embrión de los actuales barrios de medianías a cumbre, en los cuales se va realizando una modesta agricultura , para consumo familiar y el mercado interior, así como, una cabaña de caprinos, ovinos y vacunos escueta.
Efemérides
Un día tal como hoy, hace ahora mismo 473 años, es decir el 11 de septiembre de 1541, dos fuertes tormentas y posteriormente un terremoto destruyen totalmente la ciudad de Guatemala. Los hechos coinciden con la celebración en Guatemala de las honras fúnebres del gobernador, Pedro de Alvarado, muerto accidentalmente dos meses antes en Etzalan, provincia de Nueva Galicia (actual estado de Jalisco), durante la muy cruenta guerra del Mixtón o Miztón. La protagonista central en aquélla catástrofe ocurrida en la ciudad de Santiago en Guatemala es doña Beatriz de la Cueva, viuda del conquistador y adelantado, que muere con sus doncellas al derrumbarse el oratorio de su casa donde se había refugiado de las tormentas, lo cual se interpreta como un castigo divino, especialmente por la reacción desmedida y poco resignada que doña Beatriz había tenido al enterarse de la muerte de su marido.
Existe un testimonio directo del terremoto e inundación que destruyó Guatemala narrado por un testigo sobreviviente, cuyo relato fue impreso en México en la imprenta de Juan Cromberger a fines de 1541, como una hoja volante (cuatro hojas en letra gótica) bajo el título de « Relación del espantable terremoto que agora ha acontecido nuevamente en la ciudad de Guatemala: es cosa de grande admiración y de grande ejemplo para que todos nos enmendemos de nuestros pecados y estemos apercibidos para cuando Dios fuere servido de nos llamar ». Es este uno de los primeros impresos civiles novohispanos de carácter no religioso ni relacionado con las necesidades de la evangelización (como era casi todo lo que se publicaba entonces en el virreinato). Dicho texto se ha considerado de interés tanto para la historia de las mentalidades como para la historia de la ciencia.
También ocurrió un día tal como hoy hace ahora mismo 84 años, es decir el 11 de septiembre de 1930, día en el que entra en erupción el volcán Stromboli, conocido como “El faro del Mediterráneo”. La erupción fue muy violenta aterrorizando a la población de la isla en la cual causó una gran mortandad, descendiendo la misma de 5.000 a 400 habitantes. La isla de Stromboli tiene una antigüedad de 40.000 años, si bien es la más joven de entre las que conforman el archipiélago. Una de sus hermosas playas, llamada Ficogrande incluye un tramo de arena, con su arena y un tramo ocupado por los restos del volcán original denominado Strmbolicchino. El volcán expulsa lava todos los días, y los expertos llaman a esta actividad Estromboliano.
En el año 2002 causó un mini-tsunami y destruyó algunas casas, provocó una “lluvia” de rocas en Ginostra en el 2003 y dos cráteres en el 2007. Su lava desciende por el Sciara del Fuoco; por lo tanto, Stromboli y Ginostra no corren peligro. Debido a su actividad, se ha ordenado que los turistas no asciendan si no es con un guía o en grupos de 20 o más personas. Los ascensos comienzan alrededor de las 5 pm para poder llegar a la cima al atardecer y poder deleitarse con el hermoso panorama de una brillante e inolvidable puesta del sol. Hay gente que hasta saborea alguna comida antes de comenzar el descenso. Hay que subir pertrechado de calzado apropiado, ropa abrigada, antorchas, agua o comida. También se requiere el uso de gafas debido al polvo. No obstante, la vista más impresionante del volcán y sus erupciones, son las que se pueden contemplar desde el mar y durante la noche.
Pensar que hace cuatro billones y medio de años, nuestro planeta era una masa incandescente en constante erupción y que posteriormente, tras el choque de diversos meteoritos cesó la actividad eruptiva y la corteza del planeta se solidificó, para luego producirse un largo período de lluvias torrenciales que formaron los profundos océanos, ello dio paso al resquebrajamiento de la corteza terrestre y a la formación de los continentes, todo es el camino que nos lleva a tener presente un total respeto y consideración hacia las fuerzas de la naturaleza, las cuales se manifiestan en un diversidad de elementos.
No son solamente las erupciones volcánicas las que pueden asolar la corteza terrestre e influir en la climatóloga condicionando sobremanera la vida en el entorno, sino también otra serie de fenómenos como pueden ser el choque de placas tectónicas que dan vida y forma a los tsunamis, los terremotos, los maremotos, las lluvias torrenciales que desbordan los ríos, el deshielo de la capa polar, las sequías prolongadas y otros tantos elementos que hacen cambiar, condicionar o destruir nuestro medio ambiente y con él la posibilidad de la vida, tanto del ser humano, como de la flora y la fauna.
Si a todo esto añadimos la constante posibilidad de recibir el choque de un meteorito de proporciones considerables, que puede producir un tremendo impacto contra la corteza terrestre similar a varias bombas atómicas, destruyendo el equilibrio del que por momentos disfrutamos, es cuando puedes pensar a conciencia lo pequeños que somos ante las fuerzas de la naturaleza y el gran error que cometemos diariamente en nuestros constantes ataques a ese equilibrio, ya sea por la vía de la contaminación de las aguas, del aire, la generación de basura o la tala indiscriminada de los bosques.
En definitiva, creo que estamos a merced de las fuerzas de la naturaleza y el ser humano, lejos de tratar de asimilarlas, ya que, le es imposible dominarlas, favorece el desarrollo negativo de las mismas, cual es el caso de la falta de previsión ante las catástrofes que periódicamente suceden en el planeta.
Las medidas de plantación irracional de los bosques que deben ir dotados de cortafuegos y sistemas de extinción; la edificación de inmuebles o carreteras en lugares propensos al desplome, cuando no en el cauce de los ríos, los barrancos o en zonas del litoral robadas al mar; los vertidos incontrolados o el poco reciclado de la basura que se produce, son entre muchas la causas de agresión a la naturaleza por parte del ser humano y ésta, llegado el momento, cobra una grave prenda dentro de sus leyes naturales causando grandes catástrofes.
Cuando esto sucede, muchos hablan de una desgracia causada por los elementos en los que se manifiesta la naturaleza, cuando en realidad debieran hablar de una irresponsabilidad del ser humano hacia la misma y reconocer lo débiles que somos ante sus fuerzas.
Todo, absolutamente todo es producto de la fusión de la masa y la energía, cualquier agresión que hacemos a la naturaleza pasa a engrosar los elementos evolutivos que terminan en esas catástrofes, como una consecuencia de respuesta inmediata. Existen muchas agresiones al medio ambiente que luego repercuten en la atmósfera y ésta incide en la formación de tormentas meteorológicas (tifones, huracanes o lluvias torrenciales, entre otras muchas).
Mientras tanto, el ser humano sigue destruyendo cada vez más la posibilidad de vida en el planeta y lejos de dedicar esfuerzos a remediarlo, se dedica a realizar viajes interplanetarios y a realizar investigaciones para el dominio espacial, cuando en verdad no dominamos o convivimos adecuadamente con las fuerzas naturales que dominan nuestro propio planeta. Las profundidades abismales de los océanos, las altas o bajas temperaturas extremas, el deshielo de la masa polar y otras tantas manifestaciones de carácter tormentoso que cobra vidas o destruye la posibilidad de vida en el planeta Tierra.
Lo gracioso del caso es que no es algo que se oculte a la sociedad, la cual a pesar de tener conocimiento de ello, continúa prestando preferencias a las actividades que inciden negativamente sobre el medio ambiente, como si la naturaleza nunca acabara su proceso en la creación de vida. Lamentablemente la empujamos al lado opuesto…a la creación de muerte, muy duro lo van a tener las futuras generaciones por culpa de nuestra inconsciencia o el afán económico de seguir manipulando energías no renovables.
Damos por terminada nuestra visita de hoy y, después de guardar en nuestra gena toda la información positiva que hayamos podido tratar hoy, emprendemos una nueva caminada, esta vez derivamos con rumbo de Naciente, a fin de dirigirnos al barrio de El Ejido, donde visitaremos la calle Luis Aguiar y Toledo, al objeto de saber algo más del lugar y sobre este personaje del siglo XVII, ligado a la historia de nuestro municipio, pero bueno… eso será en la próxima ocasión, si Dios quiere, allí nos vemos. Mientras tanto…cuídense.
Sansofé.
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