Hace unos días escuchaba en una emisora de ámbito nacional, como sistemáticamente asistimos en todos los foros, a una suerte de hipérbole sobre la política, la migración, el feminismo, el adoctrinamiento, la patria, la inseguridad, la guerra y así, una ruleta de opiniones que van incendiando nuestro día a día. A veces me veo en la necesidad de acallar, de apartarme, de sortear todos los exabruptos que en la red se cuelan, sin medida ni filtro, dando por válido y de certeza, a disparates que inflan los ánimos y conducen a una carga emocional negativa que nos corroe, que lo único que hace es alimentar nuestra ira y nuestro odio a lo distinto, a lo de fuera, a nuestros propios miedos.
Ahora que hemos aireado, sin complejos, la debilidad de nuestra salud mental, dañada sobre manera después de la pandemia del Covid, la exposición constante a noticias negativas, controversias y discusiones acaloradas puede generar ansiedad, estrés y preocupación. Es importante cuidar nuestra salud mental y limitar la exposición a información que pueda ser perjudicial. La inflamación de la información también puede tener un impacto en la salud mental de las personas.
En la actualidad, la política está más expuesta que nunca a este fenómeno, con un flujo constante de información proveniente de políticos, partidos, medios de comunicación, redes sociales y ciudadanos activos en la esfera pública. Esa continua inflamación de la información, en un sentido u otro, esa creciente cantidad de datos, noticias y discursos políticos que inundan los medios de comunicación y las plataformas digitales, que nos están conduciendo a una polarización y división social, se aplica aquello de “cuanto peor les vaya, mejor para nosotros”, creando una distorsión en nuestro sistema social y de convivencia.
La proliferación de noticias falsa, su propagación y los efectos adversos para nuestra salud, debiera ser tenidas en cuenta, pues demostrado queda, que la desinformación repercute negativamente en la toma de decisiones y en la percepción de la realidad. La saturación de información puede hacer que sea difícil discernir entre fuentes confiables y no confiables. La desinformación se propaga rápidamente en las redes sociales, lo que nos está llevando a esa polarización, ya que las personas a menudo solo ven y creen lo que se alinea con sus propias opiniones. Es importante ser consciente de estos efectos y tomar medidas para consumir información de manera crítica y responsable
Muchas veces nos sentimos abrumados por la cantidad de información disponible, lo que puede llevar al agotamiento informativo. El resultado de esa situación puede conducirnos a la apatía política y a una mínima o nula participación activa en la sociedad. La superposición de temas que nos afectan, dificultan el seguimiento y la comprensión de asuntos importantes a largo plazo, nos desvían de lo importante para que nos ocupemos de lo accesorio. Muchas veces nos sentimos perdidos en medio de la avalancha de datos y argumentos.
Para enfrentar la degradación de la información en los campos, es esencial promover la alfabetización mediática y también la política. La ciudadanía debemos desarrollar habilidades críticas para evaluar la veracidad de la información y comprender las agendas detrás de ciertas fuentes. Además, es importante centrarse en asuntos clave y buscar información de calidad en lugar de ser arrastrados por una programación de los medios de baja calidad o, la última controversia política del momento.
En definitiva la degradación de la información en nuestra sociedad es un desafío contemporáneo que requiere un enfoque cuidadoso para navegar por ella de manera efectiva y tomar decisiones informadas, no solo en el panorama político, cada vez más complejo y saturado de datos, sino en nuestro entorno


























Roberto López | Viernes, 10 de Noviembre de 2023 a las 09:51:21 horas
Siendo el partido al que pertenece don Gregorio el principal responsable actual (aunque sin duda, con anterioridad ha habido otros) del analfabetismo funcional que padecen las nuevas generaciones de españoles, propiciado y auspiciado por un sistema académico en el que el aprobado general es la norma de oro a seguir (lo que importa no es la formación, sino la expedición de títulos oficiales que es con lo que se rellenan las estadísticas), su artículo me parece cuando menos demagógico. Si entramos además en la cuestión del adoctrinamiento y la creación mediática de bulos, pues apaga y vámonos, ya que su PSOE y la ultraizquierda en la que se apoya son los adalides en esta materia. Insisto en mi recomendación don Gregorio, deje de escribir tonterías, que usted es una persona inteligente y sensata, características antagónicas al devenir de su organización política. Asúmalo don Gregorio, su estilo y trayectoria no casan con la podredumbre ética y política del PSOE de Sánchez, y es un esfuerzo inútil su defensa, ya que lo sitúa a usted a los pies de los caballos.
Accede para votar (0) (0) Accede para responder