La ruptura de CC

Los acontecimientos se disparan en CC, Telde es el epicentro de la crisis en un partido que, encima, en Gran Canaria es secundario. Héctor Suárez ya no tiene margen de maniobra: solo le queda escenificar la escisión y demostrar, si es real su estimación, que el que controla el aparato de CC en la ciudad de los faycanes es él y no Pablo Rodríguez. Se matan entre ellos. Y ya solo puede quedar vivo políticamente uno de los dos. No hay más votos de CC en Gran Canaria, son los que son, los propios de unas siglas que en esta isla ha ido siempre a rebufo de NC y sus antecedentes históricos.

O el consejero lograr enviar al ostracismo definitivo al exalcalde, o este provoca tal cisma en CC en Telde (y, por ende, en Gran Canaria) que hace que Pablo Rodríguez ya no logre escaño en 2027. Y, por lo tanto, cerraría las puertas a Vidina Espino que ahora ha entrado en el Parlamento al correr la lista. ¿Cómo CC ha llegado a esta situación? Sin duda, tiene que haber elementos personales que se le escapan a la opinión pública; con independencia de las ambiciones de cada cual. No tiene sentido que controlando el poder, que había perdido en 2019, asomen estas disrupciones crecientes que ya son irreversibles. Hay mar de fondo, y la hay desde hace mucho tiempo.

A fin de cuentas, a Pablo Rodríguez no tuvo que gustarle que CC asumiera la Alcaldía de Telde en el primer tramo del pasado mandato pues eso implicaba que NC mantuviera su feudo histórico electoral. Y otro tanto ocurre con la confluencia a las Cortes Generales que hubo en 2019 entre NC y CC, el consejero tragó y lo dejó pasar. La influencia de Asamblea Majorera era (y es) vital y, desde luego, entonces Fernando Clavijo no podía oponerse tras haber perdido el Ejecutivo canario.

En realidad, todos pierden. Lo que está por dirimir es quién pierde más de los dos. O si, como pretende Héctor Suárez, arrincona a CC dejándolas como unas siglas inertes en Telde y en Gran Canaria y, por su parte, remonta con otro partido aún por crear. Está por ver. Pero la batalla prosigue. Y en CC le han mostrado a Suárez y a los suyos la salida definitiva, sin contemplaciones. Es una situación insostenible. Recordemos que la crisis se desató en pleno agosto, mes de calma por lo demás informativamente hablando, o así era antes. La pugna continúa. Está viva. Corroe a CC por dentro, la diezma.