Toque de rebato

Recoge la historia el uso de los campanarios en iglesias, además de para llamar a la oración; el toque de rebato. Esto es, ante un peligro como es el fuego avisar a los vecinos.

A primera hora del miércoles 23 de agosto mi amigo Agustín Suárez Hernández logró la instantánea del paso de tres anfibios del Grupo 43 de las FFAA (antiguo 404 Escuadrón). Vistos al fondo de las dos torres de la Basílica de san Juan. Que cumple 50 años como basílica menor. Nos trae el recuerdo del toque de rebato de las campanas el 14 de diciembre de 1973, en esa madrugada ardían las naves del Sindicato Agrícola del Sur de la calle Doramas.

Y don Teodoro Rodríguez, párroco de san Juan, avisado por los vecinos, entre ellos mi padre; dispuso el repicar apresurado de sus bronces al servicio de los oídos Teldenses.

Desde la ventana del pasado, en mi antiguo hogar, pude apreciar las maniobras de los bomberos de Las Palmas de Gran Canaria, así como los de la Base Aérea de Gando. Alertados estos por un Suboficial de los Pabellones de Aviación, bastante próximos al fuego.

Caen gotas amargas en el pensamiento al recordar tantas personas que nos van dejando. Mientras el mismo sol que brilló sobre mi juventud; ilumina la magnífica foto de Agustín, donde los aviones siluetean en el aire un mensaje de esperanza.

En sentido homenaje a las tripulaciones del 43 GRUPO, y memorial de los QUINCE fallecidos, 5 accidente mortales sufridos en 52 años. Adjunto un pasaje del libro del Eclesiástico:

Hagamos el elogio de los hombres de bien, de la serie de nuestros antepasados. Hay quienes no dejaron recuerdo, y acabaron al acabar su vida: fueron como si no hubieran sido, y lo mismo sus hijos tras ellos. No así los hombres de bien, su esperanza no se acabó; sus bienes perduran en su descendencia, su heredad pasa de hijos a nietos. Sus hijos siguen fieles a la alianza, y también sus nietos, gracias a ellos. Su recuerdo dura por siempre, su caridad no se olvidará.