
La lógica de pactos a nivel estatal que muestra CC sigue anclada a la época de esplendor del bipartidismo dinástico. Un obrar muy fructífero que precisamente afianzó los mejores años de CC desde 1993, sabiendo (en cada momento) con quién pactar. Fuese socialistas o populares, CC estaba ahí. Hasta José María Aznar ya con mayoría absoluta en su segunda legislatura, quería tener al lado a CC, aunque no necesitaba sus escaños. Del mismo modo, el PNV ha hecho lo propio. Incluso, con mayores réditos o influencia (o las dos cosas) desde que olió la necesidad del PSOE y del PP cuando estos no tenían las 176 actas para gobernar tranquilamente.
En escasos días, CC ha pasado en un primer instante de negar cualquier alianza por eso de que Sumar y Vox (error al equipararlos) entrarían a gobernar, a después abrirse a la sesión de investidura de Pedro Sánchez y, por último, hacer lo propio con Alberto Núñez Feijóo desde que Vox dijo que daba un paso a un lado. Con todo, de nada sirve. El PNV ha dicho y reiterado que con el PP no hay nada que hacer. Y todo bascula en torno a Carles Puigdemont. Por consiguiente, lo más útil que hará CC es decantarse en función de las noticias que desprenda la política en Madrid. Y el PNV ya se ha pronunciado: no con el PP.
Bien mirado, a CC no le interesa que se repitan las elecciones generales. Tiene un acta por la circunscripción de Santa Cruz de Tenerife y ponerlo en riesgo no sirve de nada para llegar a un desenlace similar. Actuar como el PNV, como aquel PNV, no este al que EH Bildu le pisa los talones, tiene escaso encaje hoy por hoy fruto de la crisis sistémica. La legislatura, pase lo que pase, será complicada. Unos y otros lo saben. Y nadie puede evitarlo.
Toca esperar a la constitución de las Cortes Generales el 17 de agosto. Luego vendrá un rebumbio que durará hasta septiembre o más. Será ahí cuando CC como el resto tendrán que ir posicionándose. Y en medio habrá jugadas de todo tipo en aras de contaminar y que la sesión de investidura le sea a cada uno favorable. Todo ello, bajo la sombra de una repetición electoral que vascos y catalanes tampoco desearán. Difícilmente Puigdemont volverá a tener tan buenas cartas como las que tiene ahora. Más fácil le será respaldar a Sánchez y luego apretar gradualmente. Si Feijóo se somete al debate de investidura, que debería hacerlo, podremos ir viendo algunos pasos de los demás. Certezas hay pocas. Solo que nadie quiere a Vox en el poder o con influencia en el mismo. Y eso impide al PP retornar a gobernar. El PNV ya lo ha dejado claro.
León A. Fernàndez | Sábado, 12 de Agosto de 2023 a las 23:23:16 horas
Pues por aquí, un tal Burón dice que el PP obtiene en primera votación, mayoría absoluta (176 votos afirmativos) si VOX SE ABSTIENE. ¡¡ Como lo está leyendo!!
Confunde Mayoría Absoluta con Mayoría Simple (más síes que noes) quien tiene como "trabajo" escribir de política.
Sí, Burón es Licenciado del Servicio militar obligatorio. Y tiene carnet de conducir
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