El reloj de la Basílica se congratula con San Juan

El histórico reloj de la iglesia de San Juan ha vuelto a ponerse en marcha coincidiendo con las fiestas del casco histórico de la ciudad de Telde. Precisamente ese era el objetivo y la «mayor satisfacción» de José Juan Díaz Luján, un vecino de Jinámar que hace meses quiso hacerse cargo de manera altruista de arreglar el antiguo instrumento que llevaba más de 15 años parado marcando las 12.30 horas.

José Juan habló con el párroco de la Basílica, José María Cabrera, para que le diese permiso para volver a poner en marcha el artefacto, que aunque no es el reloj original, conserva parte de su mecanismo más primitivo, según publica Canarias7. El cura accedió y durante varias semanas José Juan y su amigo Francisco de Dios, el principal artífice del arreglo por sus dotes de mecánica, dedicaron su tiempo a ello.

El reloj fue devuelto a su sitio y puesto en marcha el pasado miércoles. Durante estas semanas se han realizado numerosas mejoras como la limpieza de la esfera, la remarcación de los números (aunque el cuatro no corresponde la numerología romana original) o el engrasamiento de las manivelas, entre otros.

Cabe recordar que a mitad del siglo XIX la Heredad de regantes de la Vega Mayor de Telde siente la necesidad imperiosa de tener un reloj para colocarlo en la plaza principal de la ciudad.

Para que fuese muy visible a todos los ciudadanos, pensaron que el mejor sitio para ponerlo era en lo alto de la iglesia de San Juan. Para ello se construye una torre de mampostería y cal blanca, a la que le llaman la torre blanca o torre del reloj, aunque finalmente se cambia y se coloca en la que torre opuesta. Con ese propósito, encargan la compra del reloj al Conde de la Vega Grande, que en aquellos momentos se encontraba en una visita por Londres (Inglaterra).

A principios de los 2000 tiene lugar una reforma en la iglesia, en la que se percatan de que el disco externo estaba muy maltrecho y muy desgastado y se cambia por otra nueva pieza y la parte retirada se guarda y se conserva en una de las dependencias de la propia basílica.