
Que Telde sea la gran ciudad que es hoy, responde a un compromiso compartido que tiene nombres y apellidos. El nombre, el de todos y cada uno de los colectivos y asociaciones que conformaban su movimiento vecinal y los apellidos, el de todas aquellas personas que sin duda los y las teldenses reconocerán, por siempre, como referentes que fueron del espectacular salto al futuro que se dio entre finales del siglo XX e inicios del presente siglo.
No había lugar de Gran Canaria y Canarias, al que no le llegaran testimonios del ejemplo y nivel de transformación, desarrollo y progreso que estaba alcanzando nuestro municipio. El teldense que de aquí salía y hacía referencia en cualquier lado a su procedencia, sentía ese orgullo interior por el aplauso, halago y envidia sana que recibía nuestra ciudad. Fuimos pioneros y avanzadilla en materia deportiva, educativa, cultural y social, con decenas de proyectos e iniciativas que sentaron precedente y que otros municipios abrazaron luego. La participación ciudadana era una realidad palpable, viva y latente, la promoción de la identidad canaria era una máxima en todo ámbito y la histórica brecha entre el centro y los barrios se redujo sustancialmente.
Perder la memoria siempre es un hecho a lamentar. Hay quien dice que, cuando una comunidad humana pierde la suya, corre el peligro de no saber valorar lo que un día tuvo, o peor, repetir aquellos otros hechos de los que no se puede sentir precisamente orgullosa. Todos sabemos que un aciago día, nuestra ciudad dejó de ser titular de éxitos y se deslizó por un derrotero de descrédito y vergüenza que hasta hace muy poco tiempo hemos estado padeciendo. Lo que nunca debió ser, fue. Lo que nunca debió pasar, pasó. Y eso, también tiene nombres y apellidos. Nombres que están asociados a siglas de partidos y apellidos que aún retumban, para mal, en esa memoria colectiva que, insistía antes, no debemos perder.
Por fortuna, pero esa que llega como fruto del esfuerzo, el buen hacer y el compromiso que acompaña a la capacidad, y no tanto de un destino que pesca en el sólo azar, Telde ha conseguido volver a ganar la confianza y reputación perdidas, la senda de desarrollo y progreso de la que nunca debió descarrilar. Sin duda, todos hemos tenido algo que ver, muchos han puesto su granito de arena en ello, su hombro para volver a ponernos en marcha. El nombre y apellidos de Carmen Hernández Jorge están, con todo el derecho del mundo, al frente de esa lista de hijas e hijos de esta ciudad que lo han hecho realidad.
Por esa razón, porque tenemos memoria del ayer y del hoy, porque queremos volver a sentir el orgullo aquel en el próximo futuro; porque estoy convencido de que ha quedado demostrado dónde hay capacidad de gestión y solvencia y dónde ni perdón por el mal sucedido se ha dado, pido el voto para la candidatura de Nueva Canarias que encabeza Carmen Hernández Jorge, y aquel otro que haga posible que tengamos como aliados de este nuevo salto al futuro del municipio, al Cabildo y al Gobierno de Canarias, en las personas de Antonio Morales y Román Rodríguez. Apelo al voto consciente, útil, de progreso y canarista. Llamo al voto por Nueva Canarias-Bloque Canarista este próximo domingo 28 de mayo, para seguir ganando un Telde, una Gran Canaria y una Canarias mejores.

























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.22