Era muy pequeñito cuando pensé, ya con ‘uso de razón’: quiero llegar a los 65 años. Y, por fin, ha llegado el día. Hoy, 12 de junio de 2022, es la fecha ‘soñada’ por aquel chiquillo que quería ser mayor y llegar a esos 65 años (la edad de ‘jubilación’ de antaño, con un ‘quinquenio’ más los 60 años). ¡Una gran ‘aventura de toda una vida’!
Me gustaría hacerme un ‘auto homenaje’, sin alardear de ‘inmodesto’. Más al contrario, pretendo resumir seis décadas y media en unas pocas líneas. Destacando las experiencias o ‘vivencias’ más relevantes a lo largo de todos estos años. Me resultará bastante fácil ya que siempre me ha gustado ‘escribir’ y, por suerte, o por tener un padre que así lo hacía, no tendré algún problema. ¡Mi mamá escribía cartas familiares!
Pero habrá que empezar por algún lado. Decir que nací en Sidi Ifni (colonia española allá por 1957). Tal como hoy, un 12 de junio de 1957. A los tres meses me llevaron a Madrid, ciudad donde nació mi mamá y a los 3 años tuvimos que ‘emigrar’ al Sáhara Español, porque la vida era cara en aquellos ‘madriles’ de los años 60. Y como la familia aumentaba y se ‘cobraba’ más en el África española, pues al desierto africano.
Soy el segundo de una familia ‘numerosa’. Por aquel entonces se ‘valoraba’ mucho el tener tantos hijos. Mis seis hermanos y yo, éramos junto a nuestros padres un ejemplo de familia honrada, ‘educada’ (con los ‘pormenores’ de aquellos años, conocidos por todos) y muy bien avenida. Pero, muchas ‘bocas’ que alimentar. De ahí los esfuerzos de mi mamá por ‘sisar’ de cualquier ‘roto’. ¡Hasta conseguía ‘ahorrar’ algo, ni sé cómo!
Pues bien la vida fue tomando forma y El Aaiún comenzaba a salir a ‘flote’. Sus arenales de un principio se fueron convirtiendo en una ‘bella ciudad’. Carecíamos de muchas cosas pero la cercanía con Canarias, nos sacaba del ‘entuerto’. Los viajes a las islas nos dejaban poder comprar lo que no se ‘surtía’ en el desierto del Sáhara Español.
Fui creciendo, y comencé a estudiar como cualquier ‘guayete’ (niño saharaui). La relación que manteníamos con los musulmanes era muy satisfactoria y ellos nos agradecían cualquier ‘detalle’ con que les brindáramos por escaso que fuera: un pequeño trozo de pan les parecía ‘gloria bendita’. ¡A nosotros tampoco nos ‘sobraba’!
En El Aaiún cursé todos mis estudios: la Primaria en fue en colegio ‘Yanguas Miravete’. Un año se nos cayó el techo y tuve que socorrer a mi compañero Jorge Galiano, con una brecha en la cabeza. Anteriormente hice mis primeros cursos con don Rafael Molaguero, que nos mandaba a Enrique Chás y a mí (por las tardes) a buscarle a su casa que era un pabellón habilitado para los maestros, el café ¡Casi todas las tardes!
Nos ponía en el ‘brete’ de qué preferíamos un golpe con la regla en la palma de la mano o ir en busca del café. La respuesta era obvia, le contestábamos que ir a por el café. Algún día tuvimos que ‘sentir’ lo que dolía aquella ‘regla de 50 cms. ¡Gajes del oficio, que diría alguno! No era ‘severo’ pero sí muy disciplinado el profe don Rafael…!
Esa anécdota me lleva a hablar del Bachiller Superior, el que cursé en el Instituto de Enseñanza Media ‘General Alonso’. Hasta el COU, aunque la Selectividad en 1975 me quedé sin poder examinarme en junio porque la ‘profe’ de Matemáticas me suspendió sabiendo que El Aaiún ya iba a ser solo de los saharauis aunque luego lo ‘invadiera’ el pérfido Marruecos. ¡No tuvo la ‘gentileza’ de aprobarme y en septiembre, sí lo hizo!
Otro de los lugares que tuve la dicha de disfrutar en aquella ciudad tan primorosa para los que la habitábamos era la Piscina Municipal ‘General Agulla’, donde íbamos todos los veranos ya que allí permanecí 15 años de mi infancia/adolescencia. Desde donde vivíamos hasta la piscina se llegaba subiendo una pequeña cuesta y luego a ‘bañarnos’.
El lugar que a todos los niños y adolescentes nos llenaba de mayor ‘ilusión’, los domingos, era el añorado cine ‘Las Dunas’. Películas de los años de ‘Mari Castaña’ pero como eran del ‘oeste’, de tiros como nos gustaba decir, y de aventuras y ‘dibujos animados’ pues la diversión estaba garantizada. ¡Con nuestra bolsa de pipas o roscas!
Las ‘matinales’ de los domingos en El Aaiún eran nuestro mayor ‘ocio’, íbamos andando desde cualquier lugar donde viviéramos. Yo tenía la suerte de tan solo recorrer la ‘calle principal’ (Avda. del Ejército) para luego reunirme con los amigos, iban muchas ‘pandillas’, pero por separado: chicos con chicos y chicas con otras chicas.
El fútbol era mi mayor diversión y pasión: jugué en muchos lugares que preparábamos a modo de campo de fútbol. Cualquier sitio servía, bien un pasillo que unía edificios nos valía para echar una ‘pachanga’. Los arcos de la iglesia, nuestra ‘Misión’, también servían para poner las porterías. ¡De pequeños todo nos servía para dar ‘patadas’…!
Mi afición fue tal que me pude federar en un equipo infantil y eso que comencé a los 14 años, pues ya con 15 era el último año que te permitían hacerlo. Me metí en el equipo que se llamaba ‘Aaiún’. Nuestro entrenador, Pepín, fue un jugador de la U.D. Las Palmas por poco tiempo. Nos formó y nos entrenó y fuimos los campeones del Sáhara, siendo yo uno de los máximos goleadores. Nos ganamos el poder competir en Las Palmas y allí viajamos con nuestro ‘chandal’ rojo y muy ilusionados con el viaje.
Nos enfrentamos al Royal Crown, unos ‘cachorros’ que nos metieron nada menos que 5-0. Pero la crítica fue buena y nos animaron a seguir ya que solo nos faltaba ‘crecer’ un poco pues las carencias del Sáhara en cuestión alimenticia se notaba bastante. Me quisieron fichar por ’10.000 pesetas’, mucho dinero de entonces. ¡Yo dije no pues en el equipo de José Raluy Santos, nuestro entrenador/jugador de la U.D., me sentía ‘feliz’.
Aún así guardo un gran recuerdo, aunque una fuerte entrada en el Pepe Gonçalvez, con el campo de ‘picón’, me aruñó toda la pierna y la segunda parte me dediqué a pasar el balón según me llegaba. ¡No estaba dispuesto que me ‘lesionaran’ o dañaran!
Y llegó 1975 y tuvimos que dejar El Aaiún. Nuestra familia, como otras muchas que allí vivieron, se decantó por afincarse en Las Palmas (en las Islas Canarias), los españoles y algunos saharauis también. Fue una ‘despedida’ muy amarga pero la vida te ofrece estos desajustes que uno tiene que solventar. ¡El ‘marroquí’ se hizo el dueño de todo!
En aquel junio del 75 conocí el ‘amor’: el de mi vida, que se ‘truncó’ por la distancia. Ella a Málaga (El Palo) yo a Las Palmas. Nunca me había ‘enamorado’ de nadie y Ana Mª G.A. lo merecía, era la chica más humilde, bondadosa y cariñosa de aquellas chicas.
Llegué a Las Palmas y sin selectividad ni estudios que realizar, me puse a trabajar en un tema relacionado con la escritura: los libros. Trabajé para Salvat Editores y durante más de un año y medio gané mucho dinero y fui ‘abriéndome’ a convivir en sociedad.
Mi vida laboral no es muy densa pero sí ‘intensa’. Fue ‘Pérez Galdós’ quien me inculcó los deberes de los trabajadores y me forjé en ‘artes gráficas’. Tuve como referente a mi hermano mayor, en el mismo ramo. Y luego ya por mi cuenta fui dando ‘tumbos’ hasta nuestros días en que ejerzo como ‘parado’ desde hace bastante tiempo pues al ‘cerrar’ la Papelería Bazar que abrimos, no ejercí ninguna otra profesión. La farmacia de Casas Nuevas, en donde me mantuve 2 años y medio, me ‘enseñó’ a conocer el barrio donde conocí a mi mujer. ¡Fue un ‘despedido’ improcedente: ‘indemnización’ y liquidación!
He trazado una línea bastante amplia entre mi juventud y la madurez. Tampoco se puede plasmar todos los ‘detalles’ que ha tenido uno en su vida hasta llegar a los 65 años de edad. Así, muy de pasada, he tratado de hacer un recorrido a lo largo de todas estas décadas y creo que una experiencia más puedo contar o elegir algo ‘destacado’.
Podría destacar otros trabajos como ‘Latitud 28’, revista portuaria en la que componía la entrada y salida de barcos en las islas. También colaboré, alguna sustitución el periódico ‘Canarias7’. No logré que me dejaran fijo. En ‘Foto Club Montserrat’, fui dependiente del ‘videoclub’, con contrato fijo desde el primer día, aunque luego no llegáramos a un ‘entendimiento’ salarial. ¡Todo un ‘peaje’ que hemos tenido en vida!
Hablar por último de mi ‘matrimonio’, bastante mayor para la época. Fue el 5 de diciembre de 1998. Y el año próximo, haremos las bodas de ‘plata’. Parece que el tiempo corre demasiado deprisa. Quisimos hijos y nuestro ‘destino’ estaba marcado que fuera China el lugar donde encontraríamos a nuestras dos ‘pequeñas’ que, hoy en día ya cuentan con 20 años Luana, 16 Tatiana. ¡Dos bellezas que tienen ‘personalidad’!
Hoy 12 de junio de 2022 el que esto ha escrito cumple 65 años, muy ‘bien llevados’. Las imágenes creo que serán mi ‘referente’. Espero seguir disfrutando la vida y que año tras año, vaya adquiriendo mayor ‘desenvoltura’ en el tema de escribir, pues es un pequeño ‘vicio’ que te crea una adicción, y mi mujer me va a la ‘zaga’. Ya lleva dos libros presentados en algún certamen pero hasta la fecha ninguno ‘publicado’. Al menos a mí, ‘Teldeactualidad’ me permite la licencia de escribir semanalmente un artículo de ‘opinión’, sobre cualquier tema y Carmelo Ojeda (su director) se las tiene conmigo ya que tengo una manera ‘peculiar’ de entender la ‘libertad de expresión’. ¡Gracias por permitírseme el desearme, a mí mismo, un ¡feliz cumpleaños, Javier: 65!
Esto ha sido, a grandes rasgos, mi ‘deambular’ en este mundo. He logrado mi meta al cumplir los ‘sesenta y cinco años’ que tanta ilusión me hacía cuando era ‘pequeño’. ¡A partir de ahora seguiré dando que hablar entre los que me leen y tanto me ‘critican’!
























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