Rupturas en diferido

Si el próximo pacto en Canarias fuese entre PSOE y CC, opción posible, enseguida comenzará el runrún sobre cuánto durará el mismo. Es verdad que otro tanto le ha ocurrido al Pacto de las Flores desde 2019, cuando entonces algunos pronosticaron que era cuestión de semanas que se finiquitase y, realmente, va a acabar la legislatura tal cual. Algo que no se veía desde los tiempos de Paulino Rivero y José Miguel Pérez; un bálsamo gubernamental desde la marcha a Madrid de José Manuel Soria. El sauzalero estaba deseando cambiar de vicepresidente.

Con todo, las especulaciones sobre la alianza actual no estaban bien atinadas. Es decir, la única posibilidad que se deshiciera el Pacto de las Flores venía por NC y, por consiguiente, una potencial reunificación del nacionalismo que el ‘clavijismo’ impidió. Con Fernando Clavijo ostentando mando en plaza en CC tras el cerrojazo en el Tribunal Supremo del caso Grúas, obra de José Antonio Choclán, a ver qué sucede con el caso Reparos, las disidencias dentro de la organización se acallaron. Especialmente, en Fuerteventura. A Mario Cabrera sus incipientes movimientos a favor de girar Asamblea Majorera a una aproximación con NC, tuvieron penalización mediática por aquellos meses. Esto ya está olvidado.

Así las cosas, el PSOE no iba a romper (tenía y tiene la Presidencia), Unidas Podemos tampoco (no dispone de alternativa) y ASG no tenía nada que ganar salvo que le ofrecieran la Presidencia, opción esta última que otrora no barajó Casimiro Curbelo pero que de algún modo ronroneará en su cabeza este 2023. Todo pasaba, desde 2019 hasta hoy, por un potencial reagrupamiento del llamado nacionalismo canario, que finalmente no terció.

Si el Pacto de las Flores repite, la mar estará en calma. Si no es así, CC esperará al desenlace de las elecciones generales (con o sin repetición) y a calibrar cómo de hipotecado quede el PP a la ultraderecha de Vox. Quizá, CC no logre escaño en el Congreso de los Diputados pues Ana Oramas está destinada a la política isleña, con mayor razón si el caso Reparos complicase el itinerario de Fernando Clavijo. En realidad, un matrimonio de conveniencia entre PSOE y CC sí podría tener los días contados en la medida que a CC lo que le interesa es retomar cuanto antes el epicentro del sistema de partidos en las islas. Y, a poder ser, sin el concurso de NC, sin contar con el legado de ICAN. No por un tema ideológico (en verdad, CC parece UPN o Foro Asturias) sino porque no es deseo de ATI. Si la alternancia no cumplida dentro de CC fue motivo en su día para la escisión, ni Clavijo ni Oramas estarán por volver a las andadas. Eso sí, mascullarán cómo pegársela (políticamente) a Ángel Víctor Torres la siguiente legislatura de tener ellos solo la Vicepresidencia y tres consejerías. Por eso lo que acontezca en el Cabildo de Gran Canaria, en cuanto a pactos, será esencial. Lo uno condicionará lo otro.