En 2023 Telde va camino de protagonizar otro trance político. Recapitulemos. En 2019 el pacto entre NC y el PSC-PSOE era perfectamente posible, el natural y, mejor aún, no solo hubiese garantizado la gobernabilidad el presente mandato sino disponía los cimientos para el siguiente (2023-2027) sorteando los respectivos desgastes que las organizaciones puedan tener en 2023. Diversos factores habituales en política (tácticas partidistas de recorrido alicorto, las mezcolanzas de negociación que engullen la ideología…) no lo hicieron viable. Ahora lo importante es detenerse en la situación política teldense a día de hoy y lo que sobreviene tras la cita con las urnas.
Hay quienes mascullan que una potencial caída del respaldo al socialismo en la ciudad de los faycanes implica que NC crezca. Es decir, que el votante socialista en 2019 iría a parar en 2023, por arte de birlibirloque, a NC. Y no es así, o no lo es necesariamente. Es más, dado el contexto político estatal, más probable sería que ganase terreno la abstención y la desidia a ese supuesto trasvase directo de votos de un partido a otro. De los tres feudos históricos que dispone NC (Telde, Agüimes y Santa Lucía de Tirajana) es justo Telde el más débil y, los precedentes lo atestiguan, el primero que ha caído o podría caer. Ser primera fuerza política no conlleva siempre gobernar. En 2011 Francisco Santiago ganó pero quedó en la oposición fruto de los acuerdos posteriores. Por tanto, el rebumbio institucional y político presente no le es ajeno a NC (debe tomarlo en serio, puede afectarle gravemente) y solo facilita que el PP se frote las manos; máxime, si Vox logra ediles.
Cuando al comienzo del verano Román Rodríguez, inquieto por las consecuencias de la victoria del PP en Andalucía -feudo tradicional del PSOE- por mayoría absoluta, hizo unas declaraciones en las que NC se abría, si se tercia, a pactar con el PP y CC en 2023, cayó en la trampa que le tendieron los adversarios mediáticos de NC. A NC no le interesa que el PSOE en Telde caiga. Si NC pacta con el PP (dejemos a un lado quién ganará en las urnas) y pasado tan solo unos meses se cumple lo que la generalidad de las encuestas están señalando en el ámbito estatal (un Gobierno de coalición entre el PP y Vox en La Moncloa) esto puede ser letal para NC. NC no puede pactar con el PP cuando este hará lo propio con el neofascismo.
Tanto NC como el PSC-PSOE tienen retos pendientes que afrontar, por causas diferentes. Aún no se ha digerido que la crisis sistémica en la que estamos instalados desde hace una década concierne a las organizaciones, y estas pueden ser fácilmente sobrepasadas por el acontecer vertiginoso que desmantela los viejos consensos europeos. Tu supuesta pujanza hoy puede ser tu debilidad mañana. Lo ocurrido en Suecia, los sondeos sobre las elecciones este mes en Italia y el balance demoscópico en España que, insisto, proyecta que el PP y Vox gobernarán de la mano, no es ninguna broma. Sin embargo, hay quien sigue actuando con los esquemas del mundo de ayer. Concurren motivos fundados para que los nacionalistas y la izquierda estén preocupados en Telde. Lamentablemente, seguimos con las lógicas de 2019.
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