La guerra del PP

Entre ellos se comen. Y tan solo uno puede salir vivo políticamente. Se están matando mutuamente ante la opinión pública a navajazos. El PP que salga de esto ya no será el de antaño. O será una copia de la ultraderecha (Isabel Díaz Ayuso) o un partido capitidisminuido (Pablo Casado) al estilo de algo más de lo que fue el CDS de Adolfo Suárez, y perdón al expresidente del Gobierno por citarle en medio de semejante tormenta talibana. Con todo, parece evidente que se aleja la posibilidad de contar en España para el siglo XXI con una derecha ‘canovista’ (monárquica pero ajustada al bipartidismo) y se consolida la ‘lepenización’ de toda la derecha.

Con Vox dándole el ‘sorpasso’ al PP no hay bipartidismo posible junto al PSOE. El socialismo compitiendo con la ultraderecha no es la alternancia prevista por Felipe VI y que su padre sí saboreó durante décadas. Es otra cosa: el PSOE o el caos, el PSOE o el derrumbe sistémico, el PSOE o el neofascismo. Eso sí, tampoco el PSOE por sí solo se basta; todo lo contrario, requerirá de Yolanda Díaz y de los nacionalismos periféricos. El sistema del 78 se colapsa. Y la crisis interna del PP es un síntoma más de la larga deriva. Y es tan frenética que cada hora se suma al escándalo nuevos datos y declaraciones arrojadas entre los dirigentes. Materia informativa muy sabrosa.

El tiempo corre en contra de Casado. Cuanto más dure la guerra entre ellos, cuanto más tarde en aplacarla, le ganará Ayuso el pulso; salvo que la justicia haga su papel antes o después si es que se tercia irregularidad punible, porque éticamente lo de cobrar supuestamente el hermano de Ayuso una comisión (¡y menuda comisión!) al inicio de la pandemia mientras caían los muertos a raudales para lograr unas mascarillas, suena muy pero que muy mal. El PP cae, el PP se desangra, el PP besa la lona del cuadrilátero.

Dinamita pura entre Casado y Ayuso. ¿Habrá escisión en el PP si se confirma la expulsión de la jefa del Ejecutivo madrileño? ¿La fichará Vox? De momento, Cayetana Álvarez de Toledo ya se la ha cobrado con el cuartel general de Génova al reclamar la dimisión de Casado. Un misil dirigido igualmente a Teodoro García Egea. En realidad, el nivel de los aparatos de los partidos ha ido a la baja. Sin cuadros, con sobreprofesionalización de la cosa pública y sin dirigentes hechos y derechos reemplazados por cacatúas que repiten meros argumentarios, las estructuras partidarias se merman e impera la mediocridad.

Lo que faltaba para completar la mofa surrealista de comisiones, espionaje y chantajes en la casa de los populares, fue que José María Aznar comparase lo ocurrido con el conflicto en Ucrania. Y encima él: que defendió, una y otra vez, la existencia de armas de destrucción masiva en Irak para justificar la intervención bélica con los vaqueros de la Administración Bush. Qué inoportuno. Hoy continuará la beligerancia dentro del PP. Y mañana también. Y pasado mañana otro tanto. El PP se desinfla. Y Vox se frota las manos.