En manos de locos

Hoy el mundo asiste preocupado al futuro de Siria y de los miles de refugiados que huyen de la guerra hacia Europa, a la escalada de tensión entre Irán y Arabia Saudita, a la expansión del yihadismo y de sus cada vez más sofisticados y planificados atentados o a los vaivenes económicos del gran dragón chino.

Sin embargo, y aún siendo importantes, no deben despistarnos del escenario que, a mi juicio, más puede condicionar el futuro de la humanidad en los próximos años. EE UU se prepara para el relevo de Obama, que tendrá que dejar la Casa Blanca tras cumplir 8 años de mandato presidencial, y lo que viene detrás asusta, sobre todo en el partido republicano, inmerso ahora en el proceso de elección de su candidato.

No olvidemos lo funestos que han sido los últimos gobernantes estadounidenses de un partido que en Europa emparentaría mucho más con la ultraderecha de Le Pen que con la línea moderada del PP o incluso de los conservadores de Cameron.

Buena parte del caos que hoy se vive en Oriente Medio se lo debemos a los Bush, padre e hijo, y me temo que sus consecuencias tardarán décadas en repararse.

Así y todo, se me antojan dos hermanitas de la caridad ante la fauna que se está midiendo las barbas en los rings electorales republicanos. Y lo peor de todo es que no me fío un pelo de los norteamericanos. No me dice nada bueno que un excéntrico lunático como Donald Trump goce de buena posición en las encuestas. Tan mal de la cabeza está este multimillonario como quien le apoya. Y lo peor es que alguien como él se siente en un futuro próximo en el despacho Oval.

El mundo entero estará en manos de unos locos, y lo peor es que ni siquiera los habremos elegido nosotros.

Gaumet Florido es periodista y redactor de Canarias7 en Telde.