“Érase una vez un niño que deseaba ser ‘marinero’, de familia acomodada, que veía con malos ojos las compañías que su hijo frecuentaba, pero él se las ingenió para dar con un hombre bueno, ‘pescador’ tradicional, un hombre rudo pero con un corazón blando, como la ‘carnada’ que hay que poner en el anzuelo para pescar…”
Este es el argumento (resumido) de “Capitanes intrépidos” interpretada por Spencer Tracy y Freddie Bartholomew. Y si hago referencia a esta película es porque creo que tiene una similitud con nuestro ‘pequeño Gabriel’, el ‘pescaíto’.
La trama argumental, tiene un trágico final como el de nuestro protagonista, el de mi artículo, ya que creo que Gabriel, el pequeño niño almeriense que era pura ‘sonrisa’, merece un homenaje por su triste y corto paso por esta vida en la que apenas pudo disfrutar de tener una ilusiones como era pensar en los ‘pececillos’ pero no llegó a cumplir su ‘sueño’: ser un ‘biólogo marino’ y alcanzar su anhelo de ‘jugar con los peces’ en su hábitat natural...
Pero sobre todo si traigo a colación esta película es por una canción, la que ‘Manuel’ le cantaba a su ‘pescadito’, el pequeño Harvey (antes de que un cable le enganchara por la cintura y le dejara sin piernas, a la vez que la mar le ‘engullera’): “Yo hice una escuela en el fondo del mar, donde los peces iban a ‘estudiar’…
¡Ay mi ‘pescadito’ no llores ya más! ¡Ay mi ‘pescadito’ deja de llorar!”.
La historia de nuestro pequeño Gabriel, data de hace unos días cuando nos enteramos que se había ‘perdido’ el martes 27 de febrero, a eso del mediodía. A partir de ese instante es cuando comienza una ‘triste historia’ de un pequeño de 8 años de edad, Gabriel Cruz al que se le empieza a buscar, aunque todo indica que la trayectoria que tuvo que recorrer para ir de casa de su abuela a la de sus primos no llegaba a los 100 metros de distancia y además era un camino que conocía perfectamente nuestro ‘pescaíto’, como así le conocían en la localidad por su amor a los ‘pececillos’…
Pero Gabriel nunca llegó a casa de sus primos ya que cuando estaba a punto de hacerlo, Ana Julia (la pareja de su padre) le ‘invitó’ a ir con ella a la finca de Rodalquilar (Níjar, Almería) que dista unos 6 kms. de la casa de la abuela, en la que se tarda en coche unos 10 min. Y allí sucedió lo ‘inesperado’:
La ‘sonrisa’, ‘ternura’, ‘ingenuidad’ y ‘bondad’ de una criatura ha sido ‘destrozada’ por la mano ‘negra’ de una mujer (a la que no se le ha respetado la presunción de ‘inocencia’: así se le ha ‘sentenciado’ por los hechos acaecidos), Ana Julia que si, otrora, perdiera una hija de 4 años por su ‘negligencia’ al dejarla sola: ésta cayó por un balcón desde un 7º piso (hace ya 22 años, en Burgos); este domingo 11 de marzo de 2018, la Guardia Civil y su grupo ‘especial’ (la UCO), ha detenido a la persona que ha creído que es la autora material de semejante ‘atrocidad’: el asesinato del pequeño Gabriel.
La conversación última que publica ‘El Periódico’, el medio que ha seguido más de cerca los detalles de estos 12 días fue ‘espeluznante’ (contada por un Guardia Civil):
“Buenos chicos, una vez que ha salido a la luz el ‘trágico suceso’ ya os lo puedo contar. El viernes le tomamos declaración a la negra (en estos términos se dirigieron a Ana Julia) para que ‘picara’ y al parecer cayó en la trampa. Resulta que la ‘negra’ se ha puesto nerviosa y ha ido a sacar del pozo al niño donde lo tiró el mismo día que lo secuestraron o que lo secuestró ‘ella’ que es lo que nos falta por averiguar…”.
Esto está fechado este lunes 12 de marzo. Y continúa: “tenemos las fotografías necesarias y hemos visto cómo lo sacaba del pozo. Me lo han contado mis compañeros y se dice que el niño llevaba ‘muerto’ desde el primer día (da igual que fueran dos o tres más). Mis compañeros de la EDOA y la UCO la encontraron cuando pretendía entrar el coche en el garaje y el niño estaba en el maletero y la negra detenida”.
Y aunque sea macabro contarlo, la autopsia ha arrojado el peor resultado (y lo digo con reservas porque siempre se descubre algo a última hora): ‘estrangulamiento’, en un principio, pero aunque el resultado haya sido el mismo, la causa exacta fue un golpe en la cabeza con la parte roma de un hacha (según la ‘asesina’ alega que el pequeño Gabriel le intentó agredir, para que se la condene solo por homicidio) y que luego ella le arrebató el hacha y le golpeó; a renglón seguido, le ‘asfixió’ con sus manos ya que se asustó. Acabó con la vida de Gabriel, un ‘infeliz’ y lo digo con todo cariño, un ‘chiquitín’ como yo le puse desde el primer día que me enteré de la desaparición del niño, que solo era una criatura ‘sonriente’ al que todo el mundo adoraba, pero que una ‘mujer negra’ (como ‘negro’ es su pasado, no estoy ‘insultando’ a nadie) le tenía tanto ‘odio’ que no pudo reprimirse y le quitó la vida: tal vez por ‘celos’, por ‘envidia’, porque le molestaba en su relación con su padre…
Una vez que aconteció lo ‘inesperado’, el ‘arrebatarle’ la vida a una criatura inocente por parte de la pareja de Ángel, su padre, fue cuando Ana Julia montó su ‘estrategia pérfida’ y ‘macabra’ (cavó una fosa antes de ‘matar’ a Gabriel) y trató de engañar a todos cuantos se interpusieran en su camino, desde el padre del ‘pescaíto’ hasta la madre, a los que les mostró su cara más ¿amable?, todo ello haciendo uso de su ‘maléfica’ personalidad con el montaje de la ‘camiseta’ que depositó a sabiendas que la Guardia Civil ya estaba sobre su ‘coartada’, y pensaban encontrar a Gabriel con ‘vida’, cosa que no sucedió. Y quizá acabo con la vida del ‘chiquitín’ por temor a que la Guardia Civil se ‘adelantara’ y le comiera el terreno antes de realizar lo que supuestamente ‘barruntó’ al montar a Gabriel en el coche, cuando nadie sabía dónde se encontraba el ‘pescaíto’.
Sin querer adentrarme mucho en el informe sobre Ana Julia, la ‘asesina confesa’ del crimen, tan solo comentar que cavó una fosa donde mantuvo enterrado el cuerpo del pequeño, desde el mismo 27 de febrero, en la finca de Rodalquilar donde pretendía vivir con Ángel. Pero su ‘maldad’ va más allá de lo que el sentido común nos indica y ‘acusó’ al pequeño Gabriel de que le ‘atacó’ con el hacha (no me importa haber repetido la situación porque el hecho lo requiere) y ella ‘repelió’ la presunta agresión y golpeó su cabecita con la parte más endeble del hacha, porque de lo contrario, hubiera sido una ‘atrocidad’ de tal envergadura que no hubiera sido necesaria ni su ‘declaración’. Todo ello para que se le acuse de ‘homicidio’ y no de ‘asesinato’ para que la pena a cumplir sea la mínima. ¡Quería tratar de que la investigación se ‘desviase’ de su camino y poder ‘escapar’ a la Justicia! ¡Cosa que no solo no ha conseguido, sino que ha permitido que la Guardia Civil le ‘tumbe’ todos sus argumentos! Aún es más: el juez Soriano le ha imputado otro delito como es el de ¡contra la integridad moral…! ¡Ahora esta ‘arpía’ puede cantar ‘La Traviata’!
Por otro lado, Ana Julia, estuvo siempre cercana a su pareja y la madre de Gabriel para intentar ‘borrar’ todas las pruebas posibles, tanto en su ordenador, como en los lugares en los que pudiera haber estado, al igual que en la camiseta que entregó a la policía para que sus huellas de ADN fueran las que ella pretendía que encontraran. Con el ‘turbio’ pasado que ‘arrastra’ esta pérfida mujer, creo que va a tener muy difícil que esta vez ‘escape’ a la Justicia y va a conseguir que la UCO ‘destape’ todas las tropelías que ha cometido en estos años pasados.
Hasta aquí el ‘fatal desenlace’ de un crimen que no tiene ‘parangón’. Y no quiero seguir ahondando en la ‘bruja’ de esta historia (ya Patricia ha ‘descansado’ y se ha liberado de esta persona: “la bruja ya está en la cárcel”). Mi artículo quiere ser, pretende ser un ‘pequeño homenaje’ como lo era Gabriel, a esta criatura que no se merecía un final tan triste. Y también a una madre, Patricia, que es un ángel caído del cielo, un ‘amor de madre’ y una esposa (a pesar de su separación) que siempre supo ‘consolar’ a Ángel, el padre del ‘pescaíto’. Una mujer de una entereza sublime, que ha sabido estar a las duras y a las maduras. Ha sido el centro de atención de todos los que hemos seguido el caso del pequeño Gabriel Cruz.
Patricia Ramírez, ‘madre coraje’, una persona muy especial, tal vez como su ‘pescaíto’, que, en todo momento ha sabido ‘sobreponerse’ a unos días angustiosos y llenos de ‘zozobra’ pero ella nunca perdió la esperanza ni la ‘calma’ hasta que se percataron de que ‘alguien’ muy cerca de ellos podía tener algo que ver con su ‘chiquitín’. Fue cuando la Guardia Civil pidió a la pareja que no hicieran ‘sospechar’ nada con su forma de comportarse porque estaban bajo la pista de la persona que pudiera ser la ‘autora’ de esta ‘barbarie’, tratándose de un pequeño de 8 años, y que temían por su vida, fue por lo que les pidieron ‘cautela’ y que no hicieran ningún movimiento en ‘falso’ para no alertar a la persona que se llevó a Gabriel.
Patricia y su ‘bufanda’, la del ‘chiquitín’, la de su ‘pescaíto’ que después de ser llevado por alguna persona a un lugar ‘desconocido’, esa mamá se la enrolló al cuello desde el mismo 27 de febrero como ‘amuleto’ para poder encontrar a su pequeño y que todos nos hicimos eco de ese ‘celeste’ al cuello de una madre que solo pretendía que le devolvieran a su hijo, al igual que Ángel su padre (entre medias estaba la ‘asesina’, que tengo que nombrar porque estaba tratando de ‘ocultar’ su mal) que no desesperaba hasta que comenzó a ‘desconfiar’ de su pareja actual… No se la quitó hasta el ‘fatídico’ día en que encontraron al pequeño ‘sin vida’.
En un ‘detalle’ que le honra, se la regaló (como ‘cortesía’) al Ministro del Interior, Sr. Zoido, por su ‘denodado’ esfuerzo por encontrar al pequeño Gabriel y no retirar el ‘operativo’ hasta el minuto final, y éste por ‘deferencia’ se la devolvió diciendo que no podía estar en mejores manos esa ‘bufanda celeste’ como el mar que tanto ‘amaba’ nuestro ‘chiquitín’, el ‘pescaíto’, Gabriel Cruz, que en las de su ‘mamá’. Por cierto que Patricia dijo tras la pérdida de su hijo que su ‘pescaíto’ había ‘ganado’… ¿el qué? Que me perdone la mamá de Gabriel pero el pequeño no ‘ganó’ nada, tan solo el cariño de casi toda España antes de saberse el desenlace y, después, el ‘clamor’ de miles de familias con hijos que sintieron en lo más profundo de sus ‘almas’ la tristeza por una madre que se quedó sin su ‘pequeño’.
La propia Patricia ha sido quien ha ‘abanderado’ la búsqueda del pequeño Gabriel. Una mujer con una ‘entereza’ sin par, una madre con un corazón que nos ha demostrado que es más grande que todos nuestros ‘anhelos’ ya que ella sola ha ‘liderado’ a todos los que estaban en la ‘búsqueda’ del pequeño ‘pescaíto’. Patricia dirigía a todo aquel que se encontraba a su lado y le ‘rogaba’ que por Dios hiciera algo para ver si se podía dar con el paradero del ‘chiquitín’. Es digna de admiración por todo el valor que ha mostrado y la ‘fortaleza’ que no perdió en ningún momento porque quería encontrar a su pequeño vivo, cosa que al final no ocurrió así, pero no ‘cejó’ en su lucha hasta que la UCO lo encontró en el maletero del coche.
La ‘emotiva’ declaración del Comandante don Juan Jesús Reina (y la del teniente coronel Hernández) sobre el caso Gabriel: “ha sido el momento más duro de nuestra carrera profesional…”. Y “claro que ‘hemos llorado’: es que somos ‘humanos’; y el que no lo hizo en ese momento, ahí, se ‘derrumbó’ en otro lugar…”. Con esta ‘reflexión’ creo que se puede constatar el esfuerzo y trabajo de nuestra querida Guardia Civil que se ‘dejó la piel’ en la búsqueda del pequeño Gabriel, en cuerpo y alma, y quedaron ‘rotos’ sus sentimientos hasta el punto que alguno no pudo aguantar el día que detuvieron a la ‘asesina confesa’.
Hoy jueves, Ana Julia ha declarado ante el juez Rafael Soriano y la Fiscalía pide para ella ‘prisión incondicional’ por un delito de ‘asesinato y delito de detención ilegal’. A lo que habrá que esperar para ver lo que dictamine el juez. Pero, en todo caso, el que esto firma, cree que debe ser ‘condenada’ por asesinato ya que después de golpear al pequeño en la cabeza, con sus manos lo ‘asfixió’, tapándole nariz y boca: eso es ‘alevosía’. Y se confirma la ‘sentencia’ del Juez Soriano que ha ‘decretado’ la prisión ‘provisional, comunicada y sin fianza’ por los dos ‘delitos’ arriba mencionados más el de ‘contra la integridad moral’ porque ha visto con toda ‘claridad’ la culpabilidad de Ana Julia Quezada. Y no como ha comentado Ignacio Escolar (periodista) que la llamaron ‘negra’ por el odio hacia la ‘asesina’ de Gabriel, sino porque es negra y porque cometió un asesinato con unos tintes que son calificados de ‘inhumanos’…
Me llamó la atención las declaraciones de la familia de la ‘asesina’ del ‘chiquitín’, desde la República Dominicana: el primer día todos en contra de las ‘acusaciones’ hacia su hija, hermana y familiar. Pero en el día de ayer, 14 de marzo, me sorprendió esa madre de Ana Julia, ‘sollozando’ y diciendo que no comprendía (son gente pobre y de poca cultura) cómo su hija había ‘matado’ a un niño, cuando ella tiene los suyos y no dejaría que ‘nadie los tocara’ (comentó que: ¿quién le habría metido ‘eso’ en la cabeza?). Un llamamiento a esta pérfida mujer que no solo ha cometido esta ‘atrocidad’ sino que hace más de 20 años tuvo otra historia con una hija de 4 años, caso que no se ‘esclareció’ y que ahora se puede ‘reabrir’. Y aún tiene otra hija de 24 años que ha tenido una crisis de ansiedad. ¡Como para no tenerla!
Después de todo lo dicho, algún fleco queda suelto por ahí como ‘recalcar’ el dispositivo operativo y coordinado que la Guardia Civil puso en marcha desde el primer minuto (creo que han sido cerca de 5.000 personas las que han participado a lo largo de estos 12 angustiosos días), quizá el mayor de todos los tiempos. Con la colaboración del Ministerio del Interior, al frente del cual el ministro Zoido (criticado sin razón) se posicionó como padre más que como político y no ‘cejó’ en su empeño de encontrar al pequeño Gabriel, con vida, era su intención y la de todos los que hemos seguido este episodio tan ‘triste’, por el final ya conocido.
Tengo que ‘realzar’ la inmensa labor de nuestra Guardia Civil que hizo todo lo posible por el ‘rescate’ del pequeño Gabriel. Desde el departamento submarinista, con sus buzos, pasando por la agrupación a caballo, helicópteros, personal especializado de la UCO que fueron los que controlaron todo el ‘dispositivo’ y que organizaron a todo el personal civil que se sumó a la búsqueda del ‘pescaíto’, que, desgraciadamente, desde un primer instante ya estaba sin vida. Y como todos ignoraban el fatal desenlace, actuaron como si la ‘batida’ comenzara con buen pie, pensando en que Gabriel estaba con vida. Trabajaron noche y día, sin descanso, a pesar de la climatología, ‘empapados’ pero contentos por pensar que lo encontrarían ‘sano y salvo’.
Pretendía hablar de la ‘PPR’ (que el jueves se debatió en el Congreso) pero he desistido a pesar de que el presidente del gobierno pretende ‘congelar’ hasta más adelante que pueda ser ‘revisada’ con mayor serenidad. Y he querido basar mi artículo en cuatro puntos ‘base’: La madre, Patricia Ramírez (y Ángel); la ‘asesina’ Ana Julia; la labor ‘encomiable’ de la Guardia Civil y, por último, el ‘pescaíto, el ‘chiquitín’ Gabriel Cruz.
El protagonista de esta historia, como dijo el comandante Reina: “es un niño ‘bueno’ que no haría mal a nadie, que ha sido educado en valores de bondad y buenos modales”. Sería incapaz de hacer lo que la ‘inculpada’ trató de argumentar. La ‘falacia’ esgrimida por Ana se cae por su propio peso: Supuestamente si la agredió (la diferencia de ‘fuerza’ es notoria) y ella se ‘defendió’… ¿por qué luego le quitó la vida? ¿No podía haberlo llevado a un hospital o centro de salud por el golpe de la cabeza? ¿Acaso ya tenía ‘premeditado’ lo que le iba a ocurrir al pequeño Gabriel? ¡No me hagan entrar en ‘disquisiciones’ porque le caería a Ana Julia la ‘prisión permanente revisable’ sin ningún género de dudas!
Mi agradecimiento a la Guardia Civil y a todos los agentes que han colaborado en los 12 días de búsqueda del pequeño Gabriel, y una vez encontrado el cuerpo, porque son ‘humanos’, se derrumbaron y lloraron como lo hubiera hecho el ‘pescaíto’ si se hubiera caído y hecho una herida. Son hombres pero lloraron como ‘niños’ al conocer el fatal ‘desenlace’. También quiero agradecer a todos los ciudadanos que han prestado su ayuda en esta desgraciada aventura. A casi toda Almería por su ‘consuelo’ a la familia del ‘chiquitín’ y a un ministro que antepuso su cargo y sufrió como padre, el ministro Zoido. Y, por último a unos padres, sobre todo una madre, que han sido todo un ejemplo para las familias que han sufrido y padecido esta misma situación.
Tan solo unas palabras para ‘reflejar’ el estado de ánimo de Patricia que aunque su ‘alma y corazón’ están destrozados, ha guardado fuerzas para ‘rogar’ a la gente, a los ciudadanos de Almería sobre todo y a los más ‘exaltados’ y ‘cabreados’ por la brutalidad de semejante ‘atrocidad’ con la que fue tratado Gabriel, que no muestren ningún ‘odio’ hacia la mujer que ‘cercenó’ la vida de ‘su pequeño’, que se comporten de manera ‘cívica’, y sin ningún ánimo de ‘venganza’. Es de alabar esta forma de ser cuando una persona está ‘abatida’, ‘rota de dolor’ y todavía guarda fuerzas para decir a los demás que no se ‘ensañen’ con la autora de este ‘asesinato’.
Este ha sido mi pequeño homenaje a una criatura ‘celestial’, al ‘pescaíto’, a mi ‘chiquitín’ (si se me permite esta expresión de enorme ‘cariño’), a Gabriel Cruz, una criatura de tan solo 8 años de edad y una ‘sonrisa’ que nos ha conquistado a todos el ‘alma’, pero que el destino cruel se lo ha llevado. Ahora, junto al ‘buen Dios’ hará que ese cielo sea el ‘reflejo del mar’, de ese ‘sueño’ tan deseado que tenía y que desde lo más alto verá con gozo a su mamá y papá, Patricia y Ángel, ‘sonrientes’ como era su ‘sonrisa’ aquí en la tierra.
¡Adiós, ‘pescaíto’! ¡Siempre que veamos el mar, nos acordaremos de ti, Gabriel…!
Francisco Javier Burón Monís es ciudadano de Telde.



























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