A finales de los años setenta del siglo pasado, nuestros destinos quisieron que nos conociéramos para recorrer juntos esta vida, por la senda de la amistad.
Hoy hace un año que mi amigo Gonzalo nos dejó, muy pronto para los que deseábamos que siguiera acompañándonos hasta envejecer, pero sin sentirnos viejos.
Amigo, en nuestros corazones y memoria queda el recuerdo del inmenso legado de lo que fue tu vida y que se ha convertido en una guía de principios humanos, valores sociales, culturales, logros y méritos profesionales.
Pero sobre todo, un ejemplo de buena gente a seguir en nuestras vidas. Aún hoy presiento que nos vamos a encontrar cuando tengo que ir a San Juan, lugar de encuentro y origen de todas nuestras vivencias compartidas y que forjaron nuestra lealtad, respeto y verdadera amistad.
Mi despedida no fue un adiós, sino un espérame amigo porque nos volveremos a encontrar de nuevo en algún lugar de la eternidad.
Siento que para mí fue un regalo de la vida haberte conocido y ser tu amigo.
Fernando González Ramos, uno de tus amigos que nunca te olvidará.























Normas de participación
Esta es la opinión de los lectores, no la de este medio.
Nos reservamos el derecho a eliminar los comentarios inapropiados.
La participación implica que ha leído y acepta las Normas de Participación y Política de Privacidad
Normas de Participación
Política de privacidad
Por seguridad guardamos tu IP
216.73.216.188