CLAUDIO SÁNCHEZ
Telde.- Un año más y bajo el tarahal que durante décadas ha crecido al final de la calle Duque de Rivas, Adolfina Munguía ha colocado el belén que con ilusión y dedicación lleva semanas preparando. Están ya en el lugar los pastorcillos camino del portal, los labradores recogiendo cosechas y las mujeres llevando agua a sus casas desde los pozos.
Hará como unos siete u ocho años, su marido Juan Henríquez y ella pensaron en montar la escena fuera de casa, "a ver qué tal queda". Lo que comenzó como una ocurrencia, se ha convertido en un evento esperado entre los vecinos, que donan figuras o realizan alguna construcción para enriquecer el nacimiento, convirtiéndose así en una entrañable tradición. Es así de todos conocida la ilusión y el trabajo que realiza Adolfina y la animan, incluso con una poesía de un vecino que escribe en su honor, homenajeando el espíritu navideño que desprende este rincón del barrio de La Pardilla.

























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