Por ellos, por él

RONALD RAMÍREZ

Que dignidad y coherencia mostró Augusto Hidalgo mientras varias vecinas le increpaban por darles un techo a los inmigrantes en El Lasso. Por utilizar una infraestructura abandonada con el fin de ofrecer cobijo a personas desamparadas. «Pues lo echas abajo y montas un supermercado», soltó una de ellas.

Todo antes que ayudar a otro ser humano. Que pena. Pero este triste episodio sirvió para descubrir una cara sincera que poco tiene que ver con la máscara que políticos y dirigentes tienen que activar en sus discursos protocolizados. Igual que a Carlos Alonso le salió del alma su «aquí no somos negros, somos españoles», el alcalde de Las Palmas de Gran Canaria, -al que le he criticado en mil y un asuntos- quiso dar la cara con vehemencia y arriesgándose sin necesidad a una exposición de la que casi siempre se sale perdiendo por defender unos derechos que le pertenecen a todos, con independencia de la raza.

Este incidente junto al reciente hallazgo de que su padre, Augusto Hidalgo Champsaur, compartió lucha con el mío por la libertad hace más de 45 años, hace que se gane mi estima. No me importa reconocerlo. Seguramente, por lo menos a mi juicio, se seguirá equivocando en muchas decisiones, pero ya he descubierto de qué está hecho y de dónde vienen sus valores. Así que cuando erre estoy convencido de que no será por mala fe. Y viendo el nivel, me conformo.

Este artículo va por su padre, por el mío, y por todos los que lucharon por los privilegios y libertades que disfrutamos hoy en día, a pesar de la dolorosa ironía de que en esta primera vez que le dedico Un martes cualquiera también será la primera vez que no me lea.

Ronald Ramírez Alemán es periodista y redactor de Canarias7 en Telde.