No era la mejor salida

GAUMET FLORIDO

No, no era la marcha de España la mejor salida para un ex jefe del Estado y todavía rey, aunque emérito. Menos para alguien que asumió un papel tan decisivo y crucial para que este país dejara atrás la senda oscura de la dictadura y se abriera a la luz de una democracia.

Y menos cuando están en curso varias investigaciones que le afectan y que ponen en tela de juicio su compromiso con esa encarnación de la virtud pública que un monarca debe representar. Y no lo digo en el sentido que lo plantea Pablo Iglesias, que, en su legítima defensa del modelo republicano, no pierde oportunidad para sembrar dudas sobre el futuro de la monarquía e interpreta esta marcha como una huida.

Y mucho menos en el de Bildu, que aprovecha que el Pisuerga pasa por Valladolid para invitar al rey Felipe VI a que coja el mismo camino que su padre. No, lo digo como partidario de este sistema constitucional, el de la monarquía parlamentaria, que, a pesar de los pesares, nos ha dado uno de los periodos de estabilidad más largos de nuestra historia.

He sido crítico con Juan Carlos I porque, aunque todos tienen derecho, también él, a la presunción de inocencia, su imagen debe ser intachable y lo que se investiga de su pasado es muy, muy feo.

Una figura como la suya que contribuyó al sistema democrático debe hacer honores a lo que este sistema representa y someterse al imperio de la ley con naturalidad. Estoy convencido de que no ha huido y que se sentará ante un tribunal español si se le llama, pero no entiendo que la mejor manera de hacerlo ver sea saliendo de su país.

Lo hace, además, sin haber dado siquiera una mínima explicación a los españoles de si hizo lo que hizo y por qué. Se lo debe a España.

Gaumet Florido es periodista y redactor de Canarias7 en Telde.