Esther Oliva, ejemplo de fortaleza y humanidad

Nota de agradecimiento

Como hijas de Esther Oliva Martín hemos tenido la suerte de tenerla como madre, maestra, amiga y compañera en el día a día, donde demostró su capacidad de amar a todas las personas como iguales. Con ella aprendimos a convivir con respeto y humanidad, con su ternura y bondad nos ayudó a caminar por la vida.

Tenía la fortaleza para afrontar la adversidad, aprender de esa situación y convertirla en un motivo para seguir viviendo. Su rostro siempre se iluminaba con una sonrisa y con esa alegría hacía frente a cualquier dificultad.

Para nosotras fue padre, madre, amiga, pero sobre todo fue ejemplo de paz, serenidad y amor en el quehacer diario donde a veces se nos escapan muchos aspectos importantes de la vida si no estamos atentos.

Esther sigue viva en todas las personas que la conocimos porque marcó una hermosa huella en nuestros corazones. Sabía que estaba llegando al final de su recorrido en esta vida y lo afrontó con serenidad y valentía, el día anterior a su partida zurció una prenda a su nieto.

Bromista y simpática, autónoma e independiente hasta el final, lúcida, haciendo sus cuentas del mes en su libreta, amante de la lectura que a veces olvidaba la novela que le encantaba, absorta en su libro…

Por todo eso agradecemos a Madre y Padre Dios, por el regalo que nos dio con su presencia en nuestras vidas, por permitirnos disfrutar de ella hasta sus 93 años con calidad. Y por regalarle la dicha de gozar de sus dos nietos y sus dos bisnietas, explosión de vida nueva en sus brazos, motivo de alegría.

Expresamos nuestro agradecimiento de forma especial a toda la familia por sus muestras de cariño, compañía y su apoyo. Sin ustedes no hubiese tenido esta calidad de vida hasta el final.

También agradecemos a sus antiguas alumnas del Colegio San Gregorio los reconocimientos y homenaje público, así como el libro editado y las visitas a su casa, que para ella supuso un gran estímulo y alegría, una chispa de ilusión y entusiasmo en su vida.

Asimismo, damos las gracias de corazón a todas las personas que nos manifestaron su afecto y cercanía en este momento tan especial en nuestras vidas.

Una gran persona, una mujer especial, Esther, siempre en nuestros corazones, nos marcaste una hermosa huella que nunca se va a borrar. Muchísimas gracias, mamá.

Firmado: Esther y Chave Arbelo Oliva