TELDEACTUALIDAD
Telde.- María Isabel y su madre viven en una de las viviendas d los bloques de Las Remudas. Llevan años, más de seis, sufriendo los efectos de un problema con la red de alcantarillado y su conexión a los locales que hay bajo los edificios: vertidos fecales, malos olores, insalubridad y roedores e insectos.
Llevan tiempo intentando que el Ayuntamiento les facilite una solución que haga más decente su día a día, pero desde la Institución municipal, aseveran, hacen “oídos sordos” y se limitan a sacudirse un problema que consideran que no es de su competencia.
Y entre tanto, María Isabel y otros muchos vecinos de Las Remudas viven atormentados. Sus viviendas se hacen prácticamente inhabitables por el mal olor que desprenden las aguas fecales que desde los locales se vierten al exterior del parque central, no pueden ni abrir las ventanas. Pero además, estas aguas sucias atraen a cucarachas, ratas, mosquitos, moscas y otros insectos.
En 2017 se les inundó la casa al subir las aguas fecales de los locales por sus bajantes, y tuvieron que llamar a una empresa de desatascos.
“Estamos cada día peor. Ya no tanto por mí, sino por mi madre que es mayor y esto la va matando poco a poco. ¿Creen que podemos vivir así mucho tiempo más, sin poder respirar aire fresco y tragándonos toda esta mierda? Nuestra salud es lo primero y con ella no se juega”, reprocha María Isabel, que cansada ya de que en el Ayuntamiento “se laven las manos” ha puesto la situación en conocimiento de la Consejería de Sanidad.


























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