El primer abrazo en 26 años

TELDEACTUALIDAD

Telde.- Mariana se hizo de rogar. Su padre llevaba 26 años esperando poder abrazarla. Vicente andaba sin tino. Estaba acelerado. Lógico. Llevaba dos noches sin dormir. Los 48 minutos que ella tardó ayer en traspasar la puerta de la terminal le resultaron eternos. Pero Mariana y Vicente al fin se vieron. Y se abrazaron. Y lloraron.

Vicente Hernández, de 58 años, y residente en Chío, en Guía de Isora, llegó ayer por la mañana de Tenerife en el barco de Armas. Ella, Mariana, de 26, había salido de Cagua, en el estado de Aragua (Venezuela), el día anterior. Nunca había montado en avión. Viajó a Madrid, a donde llegó a las 7 de la mañana, tras 9 horas de vuelo. Y fue un vuelo de Iberia, el 3822, el que la trajo hasta su padre, según se detalla en un reportaje de Gaumet Florido en Canarias7.

Mariana nació en la octava isla. Sus progenitores, Aída y Vicente, se separaron cuando ella estaba aún en el vientre de su madre, en el quinto mes de embarazo. Su padre regresó a su Tenerife natal. Desde entonces uno siempre supo del otro. Se llamaban y se remitían cartas. Ambos se conocían por fotos, pero, por circunstancias de la vida, nunca había sido posible que se viesen en persona. Hasta ayer.

Virginia, prima de Mariana y residente en Telde, contó esta historia en la segunda edición de Vuelve a casa por Navidad, de turrones El Almendro, y fue seleccionada entre otras 10 de España. El premio fue este tierno encuentro de ayer. «Espero no hacerle daño, pero la voy a abrazar con todas mis fuerzas». Vicente murmuraba por los pasillos, inquieto. Su sobrina Virginia y sus padres, Judith y Antonio, le acompañaban y simulaban una calma que no tenían. Cuando, al fin, con 48 minutos de retraso respecto a la hora prevista, Mariana salió de la zona de recogida de equipajes, se metió entre los brazos de su padre. Se refugió en el pecho de Vicente, como si quisiese recuperar aquella infancia tan lejos de él. La gente, respetuosa, se apartó. Así estuvieron minutos.

«Un favor de Dios». Mariana estaba en una nube. Apenas se le escuchaba. Pero tuvo fuerzas para pronunciar unas palabras. Grabó un vídeo para El Almendro y les agradeció que le permitiesen cumplir el sueño de su vida. Ahora le esperan 27 días junto a su padre, hasta el 18 de enero. No tienen tiempo que perder. Hoy mismo salen para Tenerife. Exprimirán cada segundo.

Fuente: Texto de Gaumet Florido (Canarias7).